Se dice que uno valora lo que ya no tiene, y es que ahora que estamos lejos de nuestras oficinas, reconocemos el inmenso valor que tenían. Hoy valoramos y agradecemos el tiempo que estamos compartiendo con nuestras familias, pero también es ahora cuando pensamos: COMO EXTRAÑO MI OFICINA.
Y es que la oficina no es sólo un espacio físico, es mucho más que eso. Es donde nos sentimos un verdadero equipo, todos peleando por un mismo objetivo, avanzando juntos, hoy trabajar con más gente cerca nos suena más un privilegio que algo normal. Como extrañamos esos momentos solos frente a nuestra computadora, nuestro escritorio, nuestros compañeros, el cafecito en un break, la hora tan esperada del almuerzo para reírnos y contar nuestras historias.
Pareciera que hoy ya no nos importa tanto que nuestro lugar de trabajo sea el mejor o el ideal, (aunque en Ambercrest si lo hacemos realidad), porque tal vez no era perfecto, pero era nuestro.
Cuando regresemos, porque lo haremos, sabemos que las distancias entre nosotros no serán iguales, las reuniones no serán tan cercanas o incluso el diseño del espacio no será el mismo. Pero también sabemos que ese encuentro con tus compañeros será aún más especial, que valoraremos más esas reuniones prolongadas o incluso esas discusiones por exponer nuestras ideas en grupo. Somos seres de costumbres y sabemos que nos adaptaremos a esta nueva “normalidad”, siendo más responsables y consientes.
Valoremos el espacio que es NUESTRO en la oficina; sin interrupciones del tipo que ahora tenemos, llegaremos a casa para estar con los nuestros y simplemente descansar. Llegará ese momento, y cuando llegue será aún más apreciado. Hoy que soñamos con nuestra oficina, comprendemos porque es y será tan importante cuidar el diseño del espacio, hacerla cómoda, versátil, ideal para nosotros, solo así lograremos sentirnos como en casa otra vez.
Disfrutemos y saquemos el mayor provecho de este tiempo en familia, donde muchos trabajamos más que nunca entre labores domésticas, con nuestros pequeños y reuniones virtuales.
Valoramos compartir estos días con nuestras familias; por supuesto, pero a la vez, cuanto extraño mi oficina…